miércoles, 27 de junio de 2007

Manhunt 2


La polémica está servida: Rockstar Games se ha sublimado con una nueva entrega de uno de sus juegos violentos, la secuela de Manhunt. Si bien en la primera entrega encarnábamos el papel de un condenado a muerte que asesina de manera morbosa a pandilleros varios para sobrevivir en una ciudad-plató desierta, esta vez es más escabroso. Ahora seremos un enfermo mental escapado de una institución que matará a destajo, se entiende que con la misma estética.

Vale, las cartas sobre la mesa: Soy un seguidor y jugador de juegos violentos desde que me pusieron en las manos el Wolfstein 3D, allá en mi tierna infancia. Y no estoy loco ni adoro a satán por jugar al Doom (de hecho siempre le tuve mucha tiña al cyberdemon...). Pero hay cosas que me resultan desagradables, y el Manhunt es una de ellas. Porque no se trata de matar gente, sino de recrearse en ello desde una perspectiva morbosa... demasiado insana. Es difícil de explicar, cuando te has partido la caja jugando al Carmaggedon, pero el Manhunt tiene algo demasiado... morboso o enfermizo para mi gusto. Incluso la estética, de película snuff grasienta y cutre, me remueve un poco las tripas.

Digo esto porque el Comité Británico Clasificación de Películas -que también se encarga de estos menesteres- ha decidido prohibir la venta de la secuela en el Reino Unido. Y vamos a lo de siempre: ¿Por qué? Tu miras el juego, como clasificador que eres, y te da mucho asco pero no transgrede ley alguna. Das tu veredicto: No apto para menores de 18 años, y al mercado. El vendedor no se lo vende a menores, y los padres se preocupan de informarse del contenido del juego y de decidir, en virtud a sus criterios y valores, si permitirán que sus hijos se expongan o no al juego. Y en todo caso, tienen el papel de ser su faro-guía, de sentarse y preocuparse en que su hijo entienda y asimile bien lo que ve en la pantalla, que no le confunda.
¿Es tan difícil? Pues si. Lo que se prefiere es que un gobierno, con sus politiquillos de turno rascando votos y tomando medidas populistas, se suban al altar de la moralidad y la verdad absolutista y proclamen: ¡El juego es nocivo, convertirá a vuestros hijos en asesinos! ¡No lo permitiremos!

Ya con el Manhunt se dió en el Reino Unido el caso de unos padres que achacaron al contenido violento del juego el que un chaval de 17 años matara a su hijo, de 14. Claro, es así de fácil. Antes de exigir responsabilidades a todo el ambiente que rodeaba al asesino, empezando por los padres, se echa la culpa a un juego. Y para curarse en salud van a prohibir la segunda entrega.
Este tipo de actuaciones lleva a un camino peligroso: Infinidad de cosas podrían prohibirse por resultar ofensivas a un colectivo determinado, cuando siempre tienen la posibilidad de no consumirlas, y de protestar por ello cuanto quieran hasta hartarse. Pero no de prohibirlas para todo el mundo, imponiendo su criterio moral. Los chistes sobre Dios en el Jueves o los monólogos de la Paramount, el hecho de poder jugar con el bando nazi en el Axis & Allies, jugar con No Muertos en el WoW... La lista sería interminable.

En definitiva, espero que el recurso de la compañía y que llegue a buen puerto, para que todo aquel que lo encuentre divertido en el Reino Unido pueda comprar el Manhunt 2 y jugar si es su deseo. Yo, desde luego, con no hacerlo me quedo satisfecho.

4 comentarios:

Rhisthel dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo...

La gente ya se moviliza para que esto no pase y estan haciendo firmas, pero, al final, los politicos sudan de todo y harán lo que para ellos sea lo mejor, y como algunos padres, hace caso de todo lo que dicen porque no quieren enterarse de lo que es en realidad (porque, es mas comodo) pues ale.

En fin, a mi no me gusta para nada el juego, pero, por aqui empiezarán y al final solo podremos utilizar toallitas kandoo porque son mas sanas y no rascan el culo...

Björnir dijo...

¡Antes muerto que llenarme el recto de esas mierdas de toallitas! Aunque huelan bien...

Eomander Bruleim dijo...

Muy deacuerdo. Si mañana saliese al mercado un juego en el que tomases el papel de un coprófago con inclinaciones necrófagas armado con una pala en un cementerio debería poder ser publicado sin ningún impedimento. Asqueroso y de mal gusto, pero un "síntoma" de la libertad de expresión. Yo, quizás, plantearía multas significativas, retirada de custodia o trabajos sociales para aquel que exponga, anime o consienta a un menor jugar con un juego no orientado a su edad. Si le compro a mi hijo una película porno el defensor del menor actuaría, ¿Por qué culpar al juego violento en lugar de al padre?

PD: Lo de las toallitas ... mi estómago no me permite hablar de ese tipo de cosas.

Anónimo dijo...

La verdad me parece bien que se preocupen por la seguridad mental de gente, pero con el tabaco lo que hacen son campañas publicitarias y carteles apocalipticos en las cajetillas.
¿Por que no hacer lo mismo? Una campaña diciendoles a los padres que tienen que tener cuidado con lo que juegan sus hijos y enseñarles que una cosa es un videojuego y otra la vida real.
Pero... es tan facil que internet y la tele crie a los hijos y luego culpar a los demas cuando tu hijo es un salvaje con instintos homicidas...